Recibimos de nuestro amigo Luiz Alberto Gómez de Souza las informaciones que siguen acerca de evoluciones últimas en la realidad brasileña, sobre todo en lo que tiene que ver con posicionamientos de la Iglesia católica del país. Se trata de una introducción-comentario, dos textos de órganos de la Conferencia episcopal (CNBB) y otro de la diócesis de Uberlandia. Traducimos y resumimos un poco.
La Redacción
Para ubicarse
Entre octubre y noviembre se celebraron en Brasil las dos vueltas de las elecciones municipales que tuvieron una especial importancia en medio de la gran crisis política que se ha expresado sobre todo en la destitución de la presidente Dilma Rousseff.
En Río de Janeiro, el obispo Marcelo Crivella, de la Iglesia Universal del Reino de Dios, fue elegido alcalde de la ciudad con el apoyo más o menos velado del arzobispo católico cardenal Orani Tempesta y un buen número de curas. Otros, que apoyamos a Marcelo Freixo, de izquierda, fuimos advertidos por la Arquidiócesis que no estaríamos “en comunión” por apoyar a un candidato que, según la autoridad, tendría posiciones no aceptables sobre el aborto y la cuestión de género, nuevo campo de batalla de cierta Iglesia.
Transcribo dos excelentes documentos de una Comisión de la CNBB y de su mismo Consejo Permanente, así como una toma de posición de la diócesis de Uberlandia, en Minas Gerais, criticando la política económica del gobierno golpista de Temer. Parte del clero de Rio ¡se rehusó a dar a conocer las notas de la CNBB!
O Globo del 1 de noviembre dice que “Crivella también reveló una curiosidad de la campaña: dijo que en momentos difíciles de la segunda vuelta recibió muchas veces de madrugada mensajes de apoyo del arzobispo de Río. ‘Don Orani, increíble… de madrugada… en los momentos más impactantes… en medio de las turbulencias, ¿quién enviaba un mensaje? Don Orani, sacerdotes…”.
Se podría insinuar con un poco de ironía: ¿solidaridad corporativa entre dos obispos? Pero alguien, en cambio, lo interpretaría ingenuamente como prueba de ecumenismo. Sabemos en cambio que la Iglesia Universal, con su proyecto de poder no tiene nada de ecuménica. Lean si no el libro del obispo Macedo [fundador de este grupo religioso y tío de Crivella], “Plan de poder” (2008). En él Macedo habla del ascenso de los evangélicos como algo querido por la Biblia, “gran proyecto de la nación que Dios quiere… La Biblia es un libro que sugiere resistencia, toma y consolidación del poder político o del gobierno”. Y el día antes, en la columna de Ancelmo Gois, del mismo O Globo, podemos leer: “Marcelo Crivella… no esconde que su meta es llegar a la presidencia de la República”.
Ecumenismo, en cambio, es el de Francisco con su ida a Lund para los 500 años de la Reforma de Lutero, lo que deja a ciertos miembros de la institución católica carioca no muy bien parados. Los mismos que no difunden la Nota de la Comisión Episcopal Pastoral para el Servicio de la Caridad, de la Justicia y de la Paz y las palabras del Consejo Permanente de la CNBB sobre la actual política económica del gobierno Temer, con el apoyo, feliz sorpresa, del arzobispo primado de Salvador de Bahía.
Más tarde hemos descubierto que en verdad hay una coincidencia real de Crivella con las posiciones ideológicas, político-morales tradicionales de una parte del mundo católico (atención, no éticas, valga la distinción), en ambos casos típicas de una derecha vergonzante, temerosa de las posiciones progresistas en la Iglesia católica y en la sociedad.
Tal vez un día muchos católicos integristas, unidos al fundamentalismo de ciertos neo-pentecostales, podrán descubrir un poco tarde que pavimentaron el camino para un proyecto de poder antidemocrático, anti-laico y anti-pluralista que se volverá contra ellos sacrílegamente, con la Biblia en la mano. Es lo que estarían preparando con una irresponsabilidad terrible.
¿Podrán las prácticas liberadoras de Francisco abrir los corazones y las mentes? Hay momentos en que cuesta no ceder a la tentación del desánimo y mantener la confianza en el Espíritu transformador.
Crítica dura de la CNBB al PEC 241
El pasado 27 de octubre, el Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal de Brasil publicó un enérgico rechazo de la llamada PEC 241 (Propuesta de Enmienda Constitucional). Iluminado por una frase lapidaria de san Juan Crisóstomo en el siglo IV, “No hacer participar a los pobres de los propios bienes es robarlos y quitarles la vida”, el texto dice en su parte medular:
“Presentada como fórmula para alcanzar el equilibrio de los gastos públicos, la PEC 241 limita, a partir de 2017, los gastos primarios del Estado –educación, salud, infraestructura, seguridad, funcionalidad y otros– creando un techo para estos mismos gastos, que será aplicado en los próximos veinte años”, explican los obispos en su comunicado. Y consideran la propuesta “injusta y selectiva” ya que impulsa una solución discriminadora: “no menciona ningún techo para gastos financieros, como, por ejemplo, el pago de intereses de la deuda pública. ¿Por qué ese tratamiento diferenciado? (…). Elige, para pagar la cuenta del descontrol de los gastos, a los trabajadores y a los pobres, o sea, aquellos que más necesitan del Estado para que sus derechos constitucionales sean garantizados”.
Y la CNBB alerta sobre el peligro de una “sobrevaloración del mercado en detrimento del Estado”, y denuncia la incapacidad de la PEC 241 de “satisfacer las necesidades humanas que, por su naturaleza, no son y no pueden ser simples mercancías”.
Los obispos terminan con palabras de esperanza y compromiso: “Es posible revertir el camino de la aprobación de esta PEC, que es necesario debatir de forma amplia y democrática. La movilización popular y la sociedad civil organizada son fundamentales para la superación de la crisis económica y política”. Y llamando a la responsabilidad de los legisladores (aprobada en diputados la propuesta está siendo analizada en el senado), asegura que “la CNBB continuará acompañando este proceso, poniéndose a disposición para buscar una solución que garantice el derecho de todos y no pese sobre los más pobres” (el texto completo, en portugués, y una nota con contenido similar de la Conferencia de Religiosos de Brasil –CRB- en https://www.celam.org/noticelam/detalle.php?id=MjA5NA).
Nota de la Comisión Episcopal Pastoral para el Servicio de la Caridad, de la Justicia y de la Paz
“Ninguna familia sin casa
Ningún campesino sin tierra
Ningún trabajador sin derechos
Ninguna persona sin dignidad”.
Papa Francisco
Así comienza su nota esta Comisión de la CNBB, en nombre también de los obispos referentes de las Pastorales Sociales, reunidos el 18 y 19 de octubre en Brasilia. En ella que manifiestan “nuestra preocupación con el escenario de retrocesos de los derechos sociales que se está produciendo en Brasil”. Y enumeran: “las propuestas de reforma del trabajo y la tercerización, la de la Enseñanza Media, de la Previsión Social, y sobre todo la Propuesta de Enmienda Constitucional, PEC 241/2016, que establece un techo en los recursos públicos para las políticas sociales por 20 años y pone en riesgo los derechos sociales del pueblo brasileño, sobre todo de los empobrecidos”.
“En sintonía con la Doctrina Social de la Iglesia Católica, afirman, no se puede equilibrar las cuentas cortando las inversiones en los servicios públicos que atienden a los más pobres de nuestra nación. No es justo que los pobres paguen esa cuenta mientras otros sectores siguen lucrando con la crisis. Afirmamos nuestra solidaridad con los Movimientos Sociales, principalmente de trabajadores y trabajadoras, y con la juventud, que manifiestan su descontento con las propuestas del gobierno, así como con todas las organizaciones que luchan en defensa de los derechos de la población”.
En la conclusión, la Comisión alienta “a las Pastorales Sociales a participar junto a los demás movimientos y organizaciones populares, en la defensa de las conquistas sociales garantidas por la Constitución Federal de 1988, con la que tanto se empeñó la CNBB… No nos desanimemos ante las dificultades. ¡Somos un pueblo de esperanza! Con compromiso profético denunciamos como lo hizo el profeta Amós: ‘Venden al justo por dinero, al indigente por un par de sandalias, pisotean la cabeza de los débiles en el polvo, y hacen imposible la vida de los oprimidos’ (Am 2,6-7)”.
Diócesis de Uberlandia: nota en solidaridad con la lucha de los estudiantes
Uberlandia (Minas Gerais), es la ciudad con más liceos ocupados del Estado, que a su vez es el segundo con más ocupaciones de Brasil. La lucha de los estudiantes secundarios está dirigida a defender la calidad de la enseñanza pública contra la PEC 241/2016 que limita el gasto del Estado en ciertas áreas de interés social.
La diócesis de Uberlandia, encabezada por su obispo Paulo Francisco Machado, “manifiesta su solidaridad a los estudiantes secundarios y sus familiares que protagonizan la lucha en defensa de sus derechos sociales y de la población. Asumiendo nuestra responsabilidad profética entendemos como esencial escuchar a estos jóvenes, crear canales de comunicación en los que ellos puedan manifestar libremente sus intereses, debatir y reivindicar, sin que por eso sean reprimidos”. Así comienza la nota, que luego recuerda los preceptos de la Constitución que obliga a respetar todos los derechos de los “manifestantes y quienes apoyan al movimiento estudiantil de ocupación… Consideramos que las ocupaciones protagonizadas por estudiantes secundarios configuran una forma legítima de defensa y lucha a favor del carácter público y gratuito de la enseñanza. Resaltamos que esta juventud lucha valientemente no solo por sus derechos sino por los de toda la población, en especial de los trabajadores y los más pobres. Reconocemos también el derecho de quienes no han adherido a las ocupaciones, preocupados sobre todo por la proximidad de exámenes y pruebas finales, a ser respetados en su opción. La Iglesia… en el anuncio de los valores inalienables del Reino de Dios, llama a todos al diálogo sincero y a la fraternidad respetuosa.