Preparando un examen…
Entrevista a María Esther Cidade Pereyra, médico veterinaria, encargada de la Policlínica veterinaria Barrios Unidos fundada por el Padre Cacho

¿Cómo llegaste a la zona de Plácido Ellauri y Marconi?

Llego al barrio en mayo de 1985 junto a dos compañeros de estudio, preparando el examen de clínica de equinos, y para realizar prácticas con los caballos de la gente de los “carritos”. Había un compañero que daba muy buenas clases de repaso en la Clínica Veterinaria Social “San Vicente”. Al inicio no le di mucha importancia a la zona ni a la acción social, solo recuerdo que me impresionó un cartel hecho a mano que había en la entrada de un ranchito: “San Vicente, un barrio que quiere sonreír”. Pregunté qué había allí y me contaron que era la casa de “Ester”, mi tocaya, una vecina que junto a otros preparaban todos los días una olla popular para todos los vecinos. Cada uno ponía algo y se preparaba allí la comida. Eso da cuenta de que en la zona había unión y que luchaban por algo en común. En ese momento mi única preocupación era salvar el examen, pero poco a poco me fui involucrando en otras actividades y conocí al Padre Cacho. Había reuniones vecinales donde participábamos los estudiantes de veterinaria. Éramos como treinta que veníamos de diversas partes del país con diferentes motivaciones (sociales, aprendizaje específico de la materia ya mencionada) que buscábamos soluciones a la vivienda, y al problema de los caballos. En ese momento se estaba trabajando el proyecto “Movimiento Vida Decorosa” (MOVIDE) y acompañábamos a los vecinos en algunas de sus reivindicaciones sociales e instancias administrativas.

Por lo que contás, llegaste en un momento muy especial…

Era un momento de mucha efervescencia, de vecinos reuniéndose en sus comunidades (San Vicente, Santa María, Juan Acosta, Plácido Ellauri, San Isidro, Mausa, La Palmera y alguno más que ahora no recuerdo) de forma quincenal, y una reunión mensual con representantes de cada espacio donde se planteaban los principales problemas surgidos. En cada reunión había representantes de todos los “agentes externos”, como nos llamaban a los estudiantes de veterinaria, agronomía, medicina, maestras, y de ellas surgieron actividades como talleres sobre parásitos en niños y animales, campañas contra la sarna en perros, donde participábamos todos.

¿Cuál era la situación del barrio en ese entonces?

En ese momento había pobreza, pero también una dignidad de querer salir adelante y de buscar soluciones incentivada por Cacho, que hoy parece faltar, no solo en los vecinos, sino también en las autoridades actuales. En el momento en que llegué al barrio solo estaban construidas las viviendas de San Vicente, el resto del barrio eran ranchos de lata por fuera y por adentro forrados de costaneras y cartón donde se colaba el viento y el frío en el invierno. En sus alrededores mucho barro, y el agua había que buscarla en la canilla de la esquina, de Aparicio Saravia y Timbúes, llenando baldes y jarros para cada casa. Con el correr de los años esa zona de rancheríos se fue transformando con los planes de vivienda iniciados por MOVIDE y seguidos por otros, en casas, llegó el agua a cada casa y por lo menos ya no se ven tantos ranchos, aunque aún quedan algunos. Algunos le echan la culpa de todo a la droga, principalmente a la “pasta base”, pero en esa época había cocaína, mucho alcohol que generaba también violencia, competencia entre jóvenes con violentas peleas donde salían heridos o fallecían también.

Entonces, no es tan distinta a la actual…

Si nos dejáramos llevar por las noticias de los diarios, se diría que esto no tiene solución, pero yo no lo pienso así. Hay pequeñas cosas que se hacen en los barrios que van tejiendo vínculos, redes como las de antaño que unen a los vecinos en actividades concretas que no son tan difundidas como debieran.

¿Podrías darnos un ejemplo de esas redes?

En diciembre de 2005 comienza el Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) a trabajar en la zona y uno de sus primeros proyectos es fomentar la Creación de la Mesa de Coordinación Zonal de SOCAT (MCZ) a la que me integro en mayo de 2006. El Servicio de Orientación, Consulta y Articulación Territorial pertenece al Programa Infamilia del MIDES. Su función es articular las políticas sociales en una zona determinada, facilitando el acceso de las familias a los servicios, promoviendo el trabajo en red y la participación organizada de la comunidad.

La MCZ Plácido-Marconi- Las Acacias está formada por vecinos/as referentes y representantes de las instituciones públicas y privadas que haya en la zona (Área Territorial), comprendida por las calles Tte. Galeano, Trápani, Iraola, Itacumbú, y Av. Mendoza. Participan representantes de: Centro de Salud Missurraco, barrio Los Paraísos, San Isidro, Plácido Ellauri, Club de Niños Timbúes Nº 3 de INAU, Policlínica Veterinaria Barrios Unidos, Centro Preescolar Las Acacias “ Abuelo Oscar”, Escuelas 129, 186, 191 y 263, Escuela de Oficios Don Bosco-Movimiento Tacurú, Obra Banneux, barrio San Vicente, Parroquia de Possolo, barrio Las Acacias. Se realizan reuniones quincenales para pensar en los principales problemas y necesidades del barrio.

¿Qué desafíos se visualizan en esa Mesa de coordinación?

La preocupación actual, que surge de encuestas realizadas por los integrantes de la Mesa a 400 jóvenes de la zona, es la situación de adolescentes y jóvenes. Maternidad/ paternidad adolescente, aislamiento social de los jóvenes, falta de espacio para adolescentes y jóvenes. En base a esto se plantearon algunas posibles soluciones: Centro Juvenil gestionado por los propios jóvenes, conseguir becas, actividades educativas, cursos, talleres para adolescentes, talleres de Hip Hop. De ello surgen las actividades que se están realizando en la zona tales como las “Maratones de lectura”, talleres con niños, niñas y adolescentes, el Proyecto Requetemiércoles para niños y niñas; Proyecto “Dale color a tu barrio”, que se enmarca en la realización de algunas intervenciones en lo territorial, básicamente en la pintada de murales, tomando como punto de partida otras acciones organizadas por la Mesa de coordinación zonal junto a instituciones, organizaciones y vecinos y vecinas para fortalecer las actividades en comunidad.

¿En qué consiste la Maratón de lectura?

 

El objetivo de la Maratón es fomentar la lecto-escritura y la sensibilización ante el hecho creativo y artístico, promoviendo la participación de la comunidad en torno a actividades, que mejoren sus condiciones de vida, fomenten la integración, la convivencia, el pensamiento crítico y faciliten el acceso a bienes y medios culturales para la inclusión social. Setiembre ha sido el mes en el que se han realizado estas actividades, abarcando entre siete y diez días en diversos horarios; implicando a los centros educativos (formales y no formales), recreativos y de salud, tanto como a los espacios comunitarios donde los vecinos pueden participar en las distintas actividades que cada una realiza, tanto como con aquellas que hacen conjuntamente.

 

Es un concepto de maratón de lectura distinto al que se conoce. ¿Qué actividades se desarrollan?

 

Algunas de las actividades que se desarrollan son: creación de canciones como poemas tanto de forma individual, grupal o colectiva; puesta en escena de representaciones de canciones, coreografías, obras de teatro; muestra e intercambio de experiencias plásticas, corporales, verbales orales o escritas; compartir juegos cooperativos; foros entre personas de la zona e invitados, mesas redondas donde se exponen a un mismo nivel referentes de los institutos nacionales como los vecinos sin importar la edad, talleres organizados por jóvenes como por adultos, entrevistas y programas radiales en emisoras comunitarias. (Muestra de fotos de las actividades).

Los nombres de la Maratón siempre han sido tema de debate y reflexión, tanto a la interna de la Mesa como de las organizaciones, ello hace a la identidad de cada una de las Maratones reflejando lo que la comunidad está reflexionando en ese momento, el proceso por el cual estaba viviendo e intentando desarrollarse. Se inicia con “Contamos contigo”, que da cuenta de que el otro es importante, y jugamos con las palabras ya que cuentan como personas que son y relatan cuentos” (Grassi, L; Master en Educación, Lic. en Trabajo Social. “Habitando Palabras… en Dos Barrios de Montevideo”).

¿En qué proyectos se encuentra embarcada la Mesa actualmente?

Retomando lo que decía, el hecho de que los vecinos se organicen y generen propuestas como “Habitando territorios”, proyecto presentado y aprobado a Fondos Emergentes de este año, me hacen pensar que estas son las formas de trabajar en el barrio. Este proyecto tiene como objetivo abordar la necesidad de cuidado y autocuidado en los espacios colectivos de trabajo, para la promoción de vínculos saludables, a través de encuentros e intervenciones socio educativas y artísticas en cada uno de los espacios de referencia de los participantes.  Esta propuesta se desarrollará en el territorio de referencia de la Mesa de Coordinación Zonal (MCZ). Lo cual habilita, por un lado, un especial conocimiento de la realidad cotidiana de vecinas/os e instituciones y, por otro, potencia la capacidad de convocatoria para la conformación de espacios de encuentro, reflexión y creación.

Todos los que trabajamos en la zona y participamos de la MCZ, que ha permanecido en el tiempo con o sin financiación del MIDES, hemos aprendido a escuchar al otro, a reflexionar juntos, a buscar algunas soluciones entre todos, que es lo que deberían hacer las instituciones para generar cambios.

He visto cambios desde mis inicios al hoy, hubo momentos de búsqueda de mejoras como la construcción de sus casas y al tenerlas se han encerrado, pero también en este momento se están dando otras búsquedas por parte de los vecinos para mejorar los espacios comunes, y han surgido propuestas para el reconocimiento del patrimonio inmaterial que me hacen pensar que lo que estaba faltando era una idea en común sobre la que trabajar.

Muchas gracias Esther, no solo por la entrevista, sino por seguir el ejemplo del Padre Cacho, de seguir tendiendo puentes, generando encuentro y derribando muros. Sin lugar a dudas, los vínculos nos salvan de la fragmentación.

 



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